La ciencia de coquetear

on sábado, 28 de febrero de 2009

Lo más probable es que si has tenido una relación significativa con otra persona, tuviste que coquetear. Steven Gangestad definió coquetear cómo "un proceso de negociación después de una atracción inicial". ¿Negociación? ¿Desde cuándo el que te guste alguien se convirtió en parte de una empresa? Desde que lo que se pone en juego es un posible futuro con una persona.

Piénsalo: existen factores de atracción física (Berschied, Dion, Walster y Walster, 1971) que causan reacciones fisiológicas y conductuales. Las reacciones conductuales más comunes giran alrededor de concentrar los esfuerzos y energías en atraer a la persona. Los mamíferos y la mayoría de los animales lo hacen en todos sus procesos de atracción con el objetivo de copular. Léase, sexo pasional y animalístico. Siendo que el tiempo es dinero, los humanos evaluamos nuestras posibilidades de copular en las interacciones que le siguen a la atracción física.

Irenäus Eibl-Eibesfeldt, zoólogo que fundó la rama de etología humana (estudio de comportamiento en libertad o condiciones de laboratorio) fue el primer científico que empezó a documentar los mensajes que los humanos se envían cuando existe una atracción, especialmente las señales no verbales y encontró patrones similares en algunos animales que se relacionan con el comportamiento de los seres humanos.

Básicamente esto se reduce a que los hombres y mujeres coquetean para seguir sobre poblando el mundo. Nuestro sistema límbico responde al coquetear con alguien y operamos balo las emociones o los instintos. Si nuestras acciones fueran completamente racionales, mucha gente ni se acercaría a otra con la intención de coquetear, pensando que ni siquiera posibilidades de éxito tienen. Pesimista? Si. Cientifico? Tambien! Estudios comprueban que cuando la gente decide no coquetear, esto se debe a una falta de atracción sexual.

Tomemos un momento para reflexionar lo anterior:

  • Coquetear se debe a la atracción física.
  • Tiene que ver con instintos de reproducción.
  • Deseo sexual es un componente importante para coquetear.

De acuerdo con esta información, todos los que coqueteamos somos unos animales con deseos de reproducir a la especie teniendo sexo con quien se nos antoje. Suena menos romántico cuando lo pongo así. Lo bueno es que existen teorías como las de Lee y Guerrero (2001) que coquetear es un factor que es independiente de la atracción sexual. Una de las ideas que sustentan esto es que los hombres son más dispuestos a relacionar coquetear con las motivaciones sexuales. Downey y Damhave (1991) encontraron que coquetear se utiliza en las amistades para cambiar la intensidad de la amistad. Esto sería congruente con la teoría que considera el coquetear como una herramienta interpersonal. Esto lo vemos en relaciones amistosas que podrían ser definidas como platónicas y donde no hay posibilidad de una relación amorosa. (Koeppel, 1993) Eso también explica a las personas que coquetean en un bar con la esperanza de que les compren una bebida o en un antro, esperando que se baile con la persona (pero solo un rato, tristemente).

Podemos concluir por el momento que coquetear es un acto complejo con múltiples motivaciones. Aunque es fácil decir que el instinto nos lleva realizar acciones que se consideren coquetas, la mayoría de la gente lo hace con dos o tres razones y metas diferentes. Aquí la cuestión es como esas diferentes metas interactúan una con otra para producir los efectos de coquetear. Así que la próxima vez que salgas algún lugar y le guiñes el ojo a alguien, recuerda, la ciencia esta de tu lado. ¿El amor? Eso estaría por verse.

Referencias


Indiana University (2009, February 6). Interested Or Deceptively Flirting? Observers Of First Dates Can Predict Outcome, Study Shows. ScienceDaily. Febrero 23, 2009, http://www.sciencedaily.com /releases/2009/01/090130084155.htm

"The Evolution of Human Ultra-Sociality." (1998) In Irenäus Eibl-Eibesfeldt/Frank K.Salter (eds.) Indoctrinability, Ideology, and Warfare, New York: Berghahn.

Downey, J. L., & Damhave, K. W. (1991). The effects of place, type of comment, and effort expended on the perception of flirtation. Journal of Social Behavior and Personality, 6, 35-43.

Lee, J. W., & Guerrero, L. K. (2001). Types of touch in cross-sex relationships between coworkers: Perceptions of relational and emotional messages, inappropriateness, and sexual harassment. Journal of Applied Communication Research, 29, 197-220.

Koeppel, L. B., Montagne-Miller, Y., O'Hair, D., & Cody, M. J. (1993). Friendly? Flirting? Wrong? In P. J. Kalbfleisch (Ed.), Interpersonal communication: Evolving interpersonal relationship (pp. 13-32). Hillsdale, NJ: Erlbaum.